lunes, 12 de noviembre de 2007

El efecto mariposa (Lewinsky ) o el precio de una mamada.

Algunas veces le he dado vueltas a la idea de cuánto está sujeta nuestra vida a los caprichos del azar, y cómo podía haber sido de diferente si aquel día hubiéramos …..

Hoy quiero exponer cómo le fue a Bill Clinton en la última etapa de su mandato, cuando la oposición demócrata mantuvo un procedimiento de “Impeachment” por perjurio, por el motivo de que había mentido cuando declaró que no había mantenido relaciones sexuales con Mónica Lewinsky.

Ya hace algunos años, pero si hacemos memoria, veremos que el presidente se vio sometido a una campaña feroz durante meses, con la intención de echarlo de la presidencia por ese delito: una mamada, y la negación de la misma cuando lo pillan in fraganti.

Aquella campaña estaba dirigida a Clinton, pero era extensiva al partido demócrata. Si repasamos el resultado de las primeras elecciones a las que se presentó Bush (1980), y recordamos que Al Gore tuvo más votos que Bush, pero perdió en la guerra sucia que los Republicanos mantuvieron en Florida.

También podemos recordar que los resultados económicos en la etapa Clinton fueron muy buenos, y que de hecho los ataques fueron por temas morales. Podemos deducir que seguro que la campaña de desgaste tuvo sus frutos, y que los demócratas perdieron suficientes votos como consecuencia de ello como para perder algunos representantes al Congreso.

Si ello no se hubiera dado, se podría deducir que la diferencia habría sido tal, que el juego sucio de los republicanos no habría sido suficiente (los resultados en Missouri, Nevada, New Hampshire, Ohio, Oregon y Tennesse fueron favorables a Bush por diferencias entre 1 y 5 %) y Al Gore habría sido el presidente de EEUU.

Es evidente que si el presidente hubiera sido Gore, y aceptando que con su administración los servicios secretos americanos podían haber estado en las nubes, como con Bush, y se hubieran producido igualmente los atentados del 11-S, la reacción inicial podría ser la misma (invasión de Afganistán), pero nunca habría seguido con la de Irak y sus dramáticas consecuencias en cientos de miles de vidas.

Bien, la conclusión (mi conclusión) final es dramática: la mamada de Mónica Lewinsky nos ha costado a la humanidad tantas vidas, tanto odio, y el inicio una carrera de la que desconocemos el fin, pero sí el desgraciado camino que llevamos recorrido hasta ahora.

Para más inri, nadie ha iniciado hasta el momento ningún procedimiento de Impeachment por las mentiras de Bush, que no han tenido como consecuencia que se manchara el vestido de Mónica, si no la vida de cientos de miles de personas.